Keith Haring intentó combinar en su obra el arte, la música y la moda, rompiendo barreras entre estos campos. La típica iconografía de sus sencillos dibujos incluye animales y figuras danzando, perros, bebés gateando, pirámides, televisores, teléfonos y platillos volantes.
Artistas como Haring buscaban hacer imágenes que fueran accesibles, sencillas y lo suficientemente genéricas para que pudieran ser aceptadas por cualquiera sin intervención crítica.